Los amantes de la astrofísica, los curiosos e intrigados por conocer como funciona el universo, por qué estáis ahí, quienes soís y demás, son en general personas interesantes. Se enfrentan a retos intelectuales de gran calado, cosa que no puede decirse de los analistas del futbol o de los que sigan asiduamente las noticias sobre la vida genital de los famosos.
Digo en general. Hay también curiosos de la cosa que son auténticos cretinos.
Hawking es una de esas personas interesantes. Incluso algunos grupos de rock se han interesado por estas cuestiones. Recuerdo, por ejemplo, un animada canción de los 80 que tarareo a menudo, con mucha sorna, durantes las fiestas “¿quienes somos de donde venimos?, ¿adonde vamos?… ¿estamos sólos lalala lalala”. Cantándola me siento como la poseedora de un secreto que preservo con maligna tozudez…
Hace unos cuantos días se montó una buena en la Tierra entre los de negro y afines porque el pobre Stephen dijo que no era yo necesaria para explicar el Universo. Mira que son plastas los de negro, que lo quieren saber todo y por no saber, no saben ni sobrevivir sin recibir subvenciones.
Lo cierto es que Stephen no negó mi existencia. Simplemente negó la necesidad de mi existencia. La diferencia es notable.
Posiblemente el buen hombre se haya mordido los labios, porque seguro que, como muchos de vosotros, piensa, de existir dios… es una cabrona. Porque, a qué negarlo, el pobrecito está hecho una piltrafa y aunque sea capaz de imaginar el interior de un agujero negro o el viaje a través de un agujero de gusano, lo que seguro que no puede comprender son las razones por las que he permitido que viva de esa manera tan miserable. Tengo Mis razones, para eso, para las guerras, para el hambre y para mil putadas más, razones que por motivos de seguridad no puedo desvelar todavía. Pero comprendo, eso si, que sin conocerlas me odiéis un poquito.
El caso es que no estoy muy conforme con lo que dice Hawking, al que tengo en gran estima. Y es que los de negro, los del turbante y demás estafadores, no se han puesto todavía de acuerdo en que significa para ellos la palabra dios:¿se refieren al creador de todo vuestro mundo? ¿se refieren a un ser que les va a dar otra vida cuando les metan bajo tierra? ¿Soy para ellos el gran inquisidor que castiga a los promiscuos y que otorga dignidades y privilegios a monarcas y poderosos? Podría ser. De hecho a veces lo es, pero otras, en cambio, cuando algún ateo depravado niega mi existencia le replican que “su” dios es el dinero, o que “su dios son sus ideales políticos” o incluso que es su equipo de futbol. Vamos que no se aclaran. Porque que yo sepa el dinero o las ideas políticas no tienen consciencia, son posteriores a la creación del universo y tampoco proporcionan una vida después de la muerte.
Así pues, para negar o afirmar mi existencia conviene antes que, quien quiera hacerlo, definir con precisión y univocamente que entiende por tal. A eso se llama el método científico y lo demás son patrañas.
Me parece que Hawking lo que niega es, simplemente, la necesidad de un creador. Y tiene razón. Mi existencia poco tiene que ver con las ecuaciones matemáticas que explican la forma multidimensiconal del Universo, ni los límites de esta forma como son su comienzo y su fin (lo de la forma y los límites lo tenéis casi resuelto.. … para mis fieles más frikis les recomiendo un buen libro que si le dedicais horas y concentración puede ayudaros a entender el problema. Aunque yo conozco todo el entramado, porque el entramado lo planee yo, me llevé el libro al Caribe una vez que estuve por allí de vacaciones con uno de mis arcángeles favoritos. Por aquí me dicen que de haber sido humana me hubiera llamado Lisbeth, que es una sueca ficticia con aficiones parecidas a las mías.
Bueno chicos. Por mi, negad mi existencia todo lo que os de la gana, que no por ello dejaré de ser quien soy. No necesito de vuestra “fe” . Pero, me canso ya de repetirlo y no me hacéis ningún caso, lo que yo necesito de verdad es saber que aprovecháis bien mi obra (no voy a decir maestra porque me ha salido con muchos defectos.
Divertios, sed felices. Es lo único que me interesa.
Ah… y a los de negro ni agua.