Mis nombres

What’s in a name? That which we call a rose
By any other name would smell as sweet

Bonitos versos los de William. Lo dice muy claro. Que más da que a una rosa le llamemos rosa, que que le llamemos cardo. Va a seguir oliendo a perfume de todas maneras.

Resulta que me ha escrito una feminista española indignada conmigo, la muy desagradecida. Y tengo que decir feminista española, porque feminista a secas es una cosa más seria, asi en general y con muy honrosas excepciones pero no suelen dedicarse a  la política.

Me  pregunta  que por que me llamo Dios y no Diosa. Pues porque que más da. ¡Tampoco los locos del turbante, que están convencidos de que soy tio y más malo que el hambre además, me llaman Aló!

Pero es que ¡sois de un pesados con las formas! Si fuera por vosotros no acabaría nunca. Tendría que decir condenados y condenadas, angelos y angelas, querubines y querubinas, nubes y nubas, cielo y ciela. Vaya rollo. Y también, si fuera por algunos de vosotros, sobre todo españoles pesaditos (¿o digo mejor los ibéricos para que no os ofendaís?), tendría que escribir esto como 14.500 veces, una para cada uno de las lenguas que existen en vuestro planetita.  ¡Como si no tuviera nada mejor que hacer! ¡Si a mi me basta con que me entendais! Y del español hay excelentes traductores en google a muchas de esas lenguas. Sin contar con que en Internet tras el inglés, el español es la lengua más usada, con lo que el número de lectores que tendrán que recurrir a google.translate es mucho menor que si utilizo el búlgaro, por poner un ejemplo. ¿Y por que no he escogido el inglés? Porque no soporto a Georges Bush, ni a las hamburguesas, ni a los yuppies de Wall street o de la City de Londres, ni a la reina de Inglaterra y sus bolsitos, ni a Mary Poppins. Y ¿por uso que el castellano? Porque me gustan las margaritas de tequila, las enchiladas, las rancheras, los tangos y la tortilla de patatas. Y porque me da la gana.

Y es que de un tiempo a esta parte a algunos os ha entrado una vena nacionalista de lo más pesada. Y a otras les ha dado por el lenguaje politicamente correcto que es una auténtica gilipollez como bien demuestra William en sus versos (¿que tal si cambiaís el chip y os dedicais a mirar más los números de las nóminas de las mujeres?, que esas si que son economicamente incorrectas). Es que no lo entiendo. ¿Os creeis que yo, o mis subditos celestiales, nos sentimos orgullosos por ser de este Universo? No. Ni tenemos bandera, ni lengua propia (usamos la telepatía, y a veces chapurreamos algunos idiomas, más que nada para matar el rato).

Cualquier día de estos voy a veros lanzar una nave espacial con una bandera gigante en su cola, tan grande por lo menos como lo rojigüalda que teneis en la plaza de colón de Madrid, vaya engendro. Una bandera inventada para la ocasión y que represente a todo el sistema solar. Seguro que escribis debajo  de la bandera:

«Soy del sistema solar.

 ¡Ahi es nada!

Maquetos de otros soles ¡chincharos!».

Que si, que os veo capaces.

Bueno, eso siempre y cuando no gane vuestro equipo de fútbol favorito alguna copa. Que entonces lo que pondreís en órbita es la bandera del equipo. Os prometo que yo creí que no me ibaís a salir tan simples.

Las nuevas instalaciones del infierno

LLeva Lucifer protestando varios siglos con que no tiene sitio para alojar en  el infierno a tanto cura, monja, obispo, político ladrón, machistas, pédofilos, banqueros, especuladores, etc. etc.  Aunque Lucifer exagera un poco, porque lo cierto es es que los banqueros y los especuladores suelen ser en muchos casos la misma cosa, como los curas y los pédofilos y los machistas, también es cierto que con el crecimiento de la población mundial la cosa se está poniendo bastante apretada por ahí abajo.

Por fin, gracias a vuestra diabólica imaginación, he resuelto de un plumazo sus reivindicaciones de nuevos locales. Nada de más terrenos. Le he dado unas cuantos barrotes de hierro apestoso y que se las apañe. Mirad como es ahora la sección especial dedicada a especuladores inmobiliarios y empresarios que pagan a sus trabajadores sueldos miserables (lo de la tele es solo para el folleto publicitario, pasada la campaña la quitaré, y también la mesa y la silla, para poder meter más jaulas):